Encantadora casa en primerisima linea de mar Si te gusta despertarte escuchando las olas del mar, esta casa es para ti.
La propiedad está ubicada en primera línea de mar y forma parte de un conjunto de varias casas que dispone de una gran zona comunitaria con una bonita piscina.
Es una casa cómoda y acogedora. Está construida en dos plantas. En la planta baja se sitúa una sala de estar con terraza que tiene salida a un jardín privado de unos 10...0 m2. También aquí encontramos una cocina y un cuarto de baño. Subiendo las escaleras accedemos a la primera planta, donde hay tres dormitorios y un cuarto de baño. El dormitorio principal tiene una terraza que nos abre unas vistas espectaculares a esta exclusiva cala. Si estás buscando un lugar tranquilo, no lo pienses más y decídete por la Mora, dispone de un parque natural que ha sido declarado zona de interés natural. Sin dudas, se trata de una de las pocas zonas de la Costa Dorada que se mantiene ajena a las transformaciones derivadas de las actividades turísticas e industriales. Disfrutarás de playas tranquilas, de aguas cristalinas y no muy concurridas, siendo que para llegar a ellas hay que dar un paseo entre los pinos. Otro de los grandes atractivos de la zona son las diversas fortificaciones y el Castillo de Tamarit, uno de los castillos más bellos que aún se conservan en el país, y que le confiere un toque señorial al resto del parque. Para recorrer a pie este maravilloso paraíso, hay que partir de Platja Llarga y atravesar unos acantilados, en los que es posible apreciar los vestigios de lo que al parecer fue una cantera romana, para luego adentrarse cuesta arriba por el bosque a través de un sendero. De ese modo, encontramos a la playa de Cala Fonda, que surge desde las alturas, cuyo acceso es bastante complicado, por lo que la tranquilidad se halla asegurada. A ella le sigue la de Roca Plana, también un tanto recóndita y poco frecuentada. Desde aquí, retomando el sendero entre pinos, se puede ascender hasta la torre de la Mora, una torre vigía de planta circular que data del siglo XVI. Para salir del paraje, habrá que rodear un camping vallado y cruzar la carretera nacional para visitar las magníficas canteras romanas del Mèdol, las cuales están repletas de honduras, tajos calizos y una frondosa vegetación.